Del yo al Tú: el ser relacional. Del egocentrismo al ecocentrismo.

Meditar se entiende normalmente como sentarse en silencio y mirarse a sí mismo, incluso entrar en un estado de contemplación. Sin embargo el cambio fundamental, no solo en la meditación sino en la vida, es pasar de la referencia del yo a la referencia del tú, de vivir centrado en el yo a vivir consciente del Tú. El cambio sustancial y primordial es entender y vivir la vida y la meditación contemplativa como entrega y no como querer egocéntrico. Es colocar al Tú, a la conciencia universal, en el centro de toda búsqueda. Es darte cuenta de que eres relacional, y poner el ser relacional, el yo-tú, en el centro. Es vivenciar lo esencial y sintonizar con la entrega al Tú. Tú como el otro, como la naturaleza, el ecosistema, los seres vivos, la totalidad, incluso para algunos el Tú es trascendente, y le llaman Dios. Es ofrendar el tiempo a los otros, a la Presencia que nos une, al Amor en mayúsculas, como una entrega, como servicio, como amor, admiración, asombro, apertura y aceptación. Se trata de salir del egocentrismo y entrar en el eco-centrismo que nos lleva a ser conscientes de que nos influimos unos a otros, y que cuando servimos y contribuimos, somos más felices.

El silencio

Es entregar tu tiempo al silencio sin deseo de inmediatez de ningún tipo, sin expectativas, sin querer lograr, rendir, conseguir, ni alcanzar. En esa ofrenda, te ofreces y eres abrazado por la abundancia de la energía vital, amorosa y pacífica. En ese ofrecimiento, uno se dirige al Tú –al Todo- a lo que Nissargadatta llama ESO- y se hace consciente de que el yo brota del Tú. Al silenciar la mente, poco a poco y en el puro silencio, se ve con claridad. Una claridad en la que uno ve y percibe que el yo separado no existe y se da cuenta de que el ser puede vivenciar la comunión. El yo y el Tú están en comunión.

En relación con el tú, el maestro Thich Nhat Hanh, que nos ha dejado recientemente, introduce el término del Interbeing, el interser. Fue el primero en introducir el mindfulness en Occidente, y su perspectiva es relacional. Interser: soy porque tú eres. Soy gracias a ti. Quién soy y cómo soy te influye e incide en el mundo. Soy un ser relacional. Gracias a ser consciente de que soy relacional, tengo en cuenta al otro y esto me facilita cambiar mis tendencias autocentradas. Por ejemplo, al ver, sentir y reconocer al otro como un legítimo tú y no como un objeto útil, se desmonta mi ambición de poder.

Al tener en cuenta al otro, la ambición de poder puede transformarse en el poder de servir. Todas las tradiciones religiosas y espirituales nos indican la importancia de servir, de la caridad, de dedicarnos al prójimo. Podemos cambiar la actitud de codicia en una actitud de dar, regalar y compartir, siendo generosos. Vivir desde la conciencia de abundancia nos ayuda a vivir la generosidad como forma de vida. La naturaleza es generosa. Al conectar con el yo-tú y vivir la conciencia del Todo, brota en nosotros la fuente de vida, que es generosa y somos generosos.

De Miriam Subirana, extracto de su libro Meditación Contemplativa, Presencia, gozo y silencio, Ed. Kairós 2020.