Un oasis para mi es un espacio refrescante, un espacio en el que nutrirnos, descansar, respirar; un espacio de agua, de verde, de frondosidad, y sobre todo un espacio de vida. Esta es la primera parte de la transcripción del webminar que di el 1 de abril 2020. Véase en youtube aquí.
En estos momentos en que estamos escuchando noticias que nos conectan con la muerte, con el desierto, con la dificultad, con el sufrimiento, con la tristeza, con la pena, con la angustia, con la rabia, quiero crear este pequeño oasis entre nosotros para conversar sobre aquello que nos da vida y conectar con un espacio refrescante.
La palabra armonía viene del griego. Harmonía era la diosa de la concordia y la conexión, del sosiego y la relajación. A partir de la Edad Media la palabra armonía se asoció más con la música. Surgió el concepto de la armonía consonante y la armonía disonante en relación a la música. En este período vivimos una armonía mas disonante, que genera tensión, vibraciones hirientes, no nos lleva a la plenitud sino a cuestionarnos muchas cosas y genera disrupción en nuestras vidas.
Es en este contexto en que pensé que sería un buen tema para convocarnos, cómo crear oasis de armonía en estos momentos.
Conectar con tu núcleo positivo de vida, el oasis interior
En primer lugar quiero introducir una metáfora que es la del “oasis interior”, me refiero a ese espacio al que puedes ir cuando a tu alrededor hay mucho ruido o incluso cuando en tu cabeza hay mucha preocupación. Ese oasis interior es lo que en Indagación Apreciativa llamamos el núcleo positivo y en meditación lo llamamos el núcleo sano. Ese espacio sagrado interior, es como un templo interior, en el cual puedes refugiarte y descansar, y relajarte. Puedes estar contigo mismo en ese espacio interior de paz, amor y vitalidad, y desde ahí conectar con lo que te da vida y con el mundo, con el otro, por ello no es un espacio de huida sino, por el contrario, es un espacio de nutrición. El oasis es un lugar donde podemos nutrirnos desde aquello que nos da vida, nos da felicidad, nos fortalece la valentía, nos ayuda a avanzar.
¿Cómo podemos conectar con ese núcleo interior, positivo, que nos da vida?
¿Qué es lo que a ti te conecta con lo que te da vida? El núcleo positivo, ese espacio de vida, es un espacio al que podemos recurrir de varias maneras:
- A través de conversaciones que generan sentido, que nos nutren,
- A través de la meditación, del silencio,
- A través de algo creativo: escribir, pintar, hacer alguna actividad donde utilizas la creatividad y conectas con esa fuente de vida.
En estos momentos quizás estamos anhelando salir a correr, a comer con amigos, y en la mayoría de los lugares no lo podemos hacer, ese deseo de aquello que no podemos conseguir puede llevarnos a un estado de frustración y a sentirnos vacíos, con carencias, y a sentirnos mal. Cuando te sientes mal, cuando conectas con lo que te falta, es lo que en Indagación Apreciativa llamamos estar conectado con el lenguaje de déficit, el lenguaje de la carencia, de la queja, de lo que no tengo, lo que no funciona y lo que no va bien. Ahí no hay oasis, sino que hay una distopia, una situación en la que te desconectas de lo que te da vida.
¿Qué es lo que nos conecta con nuestro núcleo positivo? ¿Qué nos ayuda a entrar a ese espacio interior para generar ese oasis de armonía, en nuestro interior y luego en nuestro alrededor? Además de lo mencionado, es importante tener en cuenta tu diálogo interior. ¿Qué te dices a ti mismo? ¿Qué valoras? ¿Agradeces que respiras, que puedes comer? ¿Agradeces el tiempo que se te ha dado en esta época de confinamiento?
Algunos estamos con mucho más tiempo ¿Qué hacemos con ese tiempo? Si lo llenamos de noticias que alimentan nuestro miedo, nuestra negatividad, nuestra pena, nuestra gran tristeza, nuestra gran frustración…no digo que neguemos eso, creo que es importantísimo aceptarlo, abrazarlo pero nutrir también nuestra mente de cosas positivas y esta es la idea de que tengamos este webinar y podamos compartir espacios de reflexión, y si alguien quiere comentar o tiene una preguntas puede compartirlas para conversar.
Normalmente, en Indagación Apreciativa acompañamos a las personas a conectar con su núcleo positivo a través de las preguntas. Preguntas que lleven a recordar momentos de vida, de conexión, de felicidad, de alegría. Cuando te has sentido bien, pletórico, cuando sentías que fluías, que estabas conectado con la alegría, con la paz, con la serenidad ¿qué fluía en ti? ¿Cómo era esa conexión que sentías? Al revivir esa experiencia y recordarla, el traerla al presente te puede abrir de nuevo la via hacia tu núcleo positivo, tu núcleo vital, tu núcleo sano, hacia aquello que genera vida en ti, que te mueve hacia delante. El dialogo interior, lo que te dices a ti mismo, es super importante, porque hemos de salir del pensamiento repetitivo, negativo e ir a un pensamiento inspirador, positivo, que genere belleza, que genere bienestar, que te ayude a dar sentido en este momento.
Imagina que estamos en invierno del año que viene, han pasado 8 meses, y miras hacia atrás y piensas: ¿qué hice todos esos días que me fueron regalados?
Quizás alguno tiene alguna persona que está grave, otros han perdido algún ser querido, y eso nos llena de tristeza, de malestar, de rabia incluso, porque quizás no has podido estar a su lado, son momentos de mucha angustia. Y de ahí viene algo -que quizás suene un poco duro- y que aprendemos en la meditación: aceptar que lo que es, es.
Y desde aceptar lo que es, preguntarte ¿qué es lo mejor que puedo hacer en este momento? Desde esa pregunta introduzco algo que hemos compartido en muchas ocasiones con Victor, quien está aquí y ahora nos acompaña desde Mallorca, me refiero a el área de influencia y el área de preocupación. Ahora hay muchas cosas que nos preocupan. Realmente es preocupante, es Preocupación en mayúscula. Pero ¿qué es lo mejor que puedo hacer en este momento, que genere una influencia positiva a mi alrededor y en mi interior?
Fortalecer el sistema inmunitario
Que la preocupación no me consuma, no me quite algo que ahora, todos los que estamos aquí necesitamos, que es un sistema inmunitario fortalecido. Está claro que si tenemos un buen sistema inmunitario, venga lo que venga lo podremos afrontar y lo podremos pasar. El miedo, la preocupación, el exceso de ansiedad, rebajan esa capacidad inmunitaria. En las organizaciones, cuando generamos conversaciones de Indagación Apreciativa, hablamos también de incrementar el sistema inmunitario de la organización para tener mayor resiliencia. Y en ese sentido, a algunos les ha tocado estar con la persona que mas amas, y están felices, pero quizás a otra persona le ha tocado estar con alguien con quien realmente está aprendiendo a convivir.
La importancia del lenguaje y las palabras
¿Cómo generamos ese oasis de armonía entre nosotros? Kenneth Gergen nos habló (webminar 25 marzo, véase blog y canal youtube de IDEIA) de la importancia de las palabras, de lo que nos decimos, lo que conversamos y cómo a veces lo que decimos pone al otro a la defensiva. Dices algo y la otra persona se pone a la defensiva. Ken nos decía que lo importante es que seamos conscientes de cómo conversamos y cuáles son las palabras que utilizamos para crear una conversación generativa. Que lo que nos decimos y cómo conversamos nos ayude a avanzar hacia un espacio inspirador, de armonía, de bienestar, donde las palabras sean como un masaje para el alma.
Te invito a que recuerdes alguna vez que alguien te haya dicho ciertas palabras que hayas sentido como un masaje para ti -¡Qué gusto escuchar esto!- es como un masaje para el alma, para el ser -porque me da paz, me da calma, me ayuda a ver otra perspectiva. ¿Cómo son esas palabras? ¿Cuáles son las palabras que podemos decirnos ahora que sean un masaje para el alma?
Alguien dice: compasión, empatía, creatividad, transformación, aceptación.
¿Cómo podemos con nuestras palabras dar espacio a la tristeza, la rabia o la emoción que le emerge a otra persona con quienes estamos compartiendo, o quizás a nosotros mismos? Cuándo emerge en ti la tristeza o la rabia: ¿qué te dices a ti mismo?
Primero: Reconocer que está, no rechazarla.
Segundo: Darle espacio.
Tercero: Abrazarla.
De manera que en ese reconocer, dar espacio, abrazar -y esto lo comparto desde mi experiencia- no permites que te inunde, porque si la tristeza te inunda, si la rabia o la preocupación te inundan, es como que en ese momento eres esclavo de esa emoción, has perdido tu centro, tu eje interior. Es ahí en esos momentos cuando hemos de buscar nuestros recursos.
Cuando te sales de tu centro ¿qué te ayuda a centrarte de nuevo?
Cuando ves que te estás saliendo del centro, a mi lo que me ayuda es parar y respirar. Inspira y conecta con este momento, estar presente. Porque muchas veces esas emociones te conectan con el pasado o con el futuro. Ese es un recurso, que te ayuda a volver al presente.
Otro recurso es recordar una experiencia de bienestar, ese es el recurso que usamos en los diálogos apreciativo, recuerda una experiencia de conexión, de bienestar, de felicidad, y al recordar y re-vivirla, eso si te inunda, te llena de gozo, de paz, de calma.
Tener una conversación con alguien que sabes que no se va a compadecer de ti, porque a veces no nos sirve, otras veces ocurre que entramos en el “a mi también”, y en verdad esa persona no te deja expresar, porque somos diferentes y lo tuyo será parecido pero necesitamos ser escuchados, desde ahí vale preguntarnos ¿cómo podemos escuchar al otro y dar ese espacio de escucha para generar un espacio de calma y de armonía?
Respecto al diálogo interior, se trata de ser disciplinados. Si veo que mi mente va hacia una dirección que no es realmente en la que quiero ir, ya que no es sana, digo -Miriam, por aquí no, shhh, shhh, calla, vamos a respirar y vamos a conectar con algo positivo. Cuando estás alegre, conectado con lo que te da vida, das lo mejor de ti al otro. Este es un momento importante para que demos lo mejor de nosotros mismos.